El rifirrafe protagonizado por la Reina Letizia y Doña Sofía por la tan buscada foto de esta última con sus nietas ha hecho un gran eco en los medios de comunicación, no me resistí a mirarlo, y tampoco pude evitar reírme, es muy graciosa la forma como la Reina actúa y las reacciones tanto de Doña Sofia como del mismo rey Felipe.

Los problemas existen en todas las familias, incluida las realezas, y sabemos que a nuestros parientes políticos los queremos bien lejos en la mayoría de los casos y si es la suegra mejor que mejor, claro está, ese no es mi caso, (espero que mi suegra no me malinterprete), pero ese no es el punto, lo que sí me llamó muchísimo la atención es como la reina aparentemente se dejó llevar por sus emociones, ella sabe perfectamente que todo lo que haga será mirado con lupa, que está debajo del microscopio y todo es un escrutinio a su alrededor, algo muy fuerte debe cocinarse desde que no pudo aguantar y ser victima de su propio numerito o tal vez es una simple tontería, lo que si es cierto es que esto dará para hablar por un buen rato.

Por otra parte, lo que si me molestó es la critica que hace Marie- Chantal la reina sin trono, esposa de Pablo de Grecia, sobrino de Doña Sofia, cuyas palabras textuales han sido que  la Reina “ha mostrado su verdadera cara y que ninguna abuela se merece este tipo de tratamiento”, no estoy aquí para juzgar o no el comportamiento de la Reina Letizia, somos seres humanos y como tales cometemos errores por muy de sangre azul, roja o verde que corra por nuestras venas, las emociones nos ganan y punto, pero que a la reina sin trono le parezca este incidente indignante y no el hecho de que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ladrones de sangre azul,  con los cuales alardean de tener estupendas relaciones hayan robado vilmente al pueblo español. Entonces me pregunto ¿Qué podemos esperar de los valores que se manejan en estas altas esferas? llámese realeza o lo que sea.

 

Image Source: La Vanguardia