Os cuento mi experiencia, llevo 10 años padeciendo de Fascitis Plantar bilateral, para no entrar en detalles de que es y cómo se produce, os diré que no es otra cosa que un dolor horroroso en la planta del pie, principalmente en el talón.

Me realicé todo tipo de tratamientos convencionales; fisioterapias, EPI, infiltraciones, etc. Nada funcionó, mi situación y calidad de vida empeoró, al punto de no poder caminar ni estar de pie por más de dos minutos.

A raíz de todo esto, me sometí a dos cirugías, el pie derecho en marzo de 2014 y el pie izquierdo en octubre de 2018, las cuales tampoco solucionaron mi problema, pero debo resaltar que algo de alivio tuve por un tiempo. Sigo con el problema, y las pantorrillas se tensan de tal manera que impiden que camine, en algunas ocasiones la pierna completa queda paralizada y tengo que arrastrarme. Ha sido muy difícil, ya que esto me mina la moral y me agota físicamente. Ver que haces de todo y no encuentras una cura para tu condición.

El último especialista que visité me aconsejó volver a pasar por quirófano, esta vez sería un alargamiento de tendones, es decir la cirugía sería en la pantorrilla izquierda y ya recuperada seguiría la derecha. Claro está, esto solo era para aliviarme, no para curarme.

En 2019 se me presentó un fuerte dolor en la parte baja de la espalda, inflamaciones de las articulaciones y episodios repetitivos de uveítis anterior en el ojo derecho, todo aquello encendió las alarmas. Fui remitida a varios especialistas; medicina interna, oftalmología y reumatología. Me realicé todo tipo de exámenes, resonancias magnéticas, RX y analíticas. Llegando a la conclusión que realmente no saben que tengo y que solo queda tenerme bajo control.

Al parecer la fascitis se debe a algo que viene de arriba, tal vez de mi columna, o del cuello, que según lo tengo hecho polvo, nada a ciencia cierta. Afortunadamente han descartado enfermedades como la artritis reumatoide y la espondilitis anquilosante.

Ya viendo mis pocas posibilidades con esta nueva cirugía, decidí probar el Yoga. Mi médico de cabecera me aconsejó que hiciera estiramiento. Lo cual puedo decir me hubiese podido evitar pasar por quirófano esas dos veces, algo tan sencillo y a la mano que había pasado por alto durante todos estos años, me ha cambiado la vida por completo, tanto que he llegó el momento de mi operación y desistí de hacerla.

El alivio que siento con el Yoga es increíble, eso sí, ya forma parte de mi rutina y de mi vida. En el momento que lo deje de hacer los dolores vuelven, sobre todo el de la parte baja de la espalda, el de las pantorrillas, y por ende el de los talones. No es una cura, pero mi calidad de vida ha mejorado considerablemente.

A los que sufren de esta patología los invito a probar, no es necesario apuntarse a una clase como tal, y mucho menos en estos tiempos de pandemia. Yo por lo menos, sigo algunos canales de You Tube y hago mi rutina desde la comodidad de mi casa.

¿Y ustedes que tips tenéis para sobrellevar esta condición?